Por mais competências técnicas que tenha um/a colaborador/a, as aptidões sociais nunca poderão ser negligenciadas. Enquanto a antipatia compromete seriamente a imagem da empresa, a simpatia conquista e fideliza a clientela. Não devemos esquecer que o nosso objetivo primeiro será sempre servir o cliente e ajudá-lo a solucionar um problema. Este mês, a nossa especialista em Protocolo, Margarita Murillo Garcia, da empresa espanhola Galicia Protocolo, reflete sobre esta importante temática, muitas vezes esquecida. La antipatía laboral
Cuando entre nuestra plantilla existe una persona con pocas habilidades sociales y con tendencia a la antipatía, debemos prever que su comportamiento encenderá muchas conversaciones tanto en el ámbito interno como en el externo, especialmente cuando esa persona ha de tratar con el público. En el primer caso, poniendo en peligro el clima laboral y en el segundo caso, poniendo en peligro la imagen de nuestra empresa/institución.
Ejemplo: cliente entra al despacho de la persona que ha de atenderle que, sin un buenos días, analiza el contenido del informe/documentación que ya está en su poder, mientras nosotros nos hemos quedado con un saludo sin respuesta y un ambiente frío y distante que muchas veces ocupamos mirando el “panorama” decorativo, a la espera de tener un mínimo de comunicación. El culmen llega cuando el/la profesional da por concluido el trabajo de análisis y nos comunica lo que corresponda, en un tono seco y ante nuestras preguntas o comentarios nos responde con parquedad, tono desagradable y nos genera una sensación desagradable. De primeras, sin causas que lo justifiquen muy razonablemente, un cliente no debe sentir que molesta, que su preguntas/comentarios son absurdos, etc. Por muy brillante que sea técnicamente el personal de nuestra plantilla, no deben olvidar que se deben a los clientes y que tratar con personas es (cuando así ha de ser) una tarea más de su brillante trabajo.